Ruptura de ligamento cruzado anterior

En el centro de la articulación de la rodilla se encuentran dos ligamentos que se cruzan, uno anterior y otro posterior. Ambos ligamentos se ocupan, junto con la cápsula y los otros ligamentos, de la estabilidad de la articulación de la rodilla. Además, ellos impiden que el muslo se desplace en la rodilla para adelante y detrás.




Con una rotación súbita y fuerte de la rodilla el ligamento anterior puede romperse. Estas lesiones son comunes  en el fútbol y esquí. Otras estructuras de la rodilla pueden también ser lesionadas. Una lesión de combinación frecuente es conocida como "the unhappy triad", la ruptura simultánea del menisco medial, el ligamento medial y el ligamento cruzado anterior.





Las causas para la ruptura de ligamento cruzado posterior son: un golpe directo por delante contra la pierna o estirar demasiado de la rodilla. También es posible con esta lesión que ocurra daño combinado de otras estructuras de articulación de la rodilla.
Especialmente en niños puede producirse una la lesión ósea de su anclaje en vez de la ruptura de ligamentos.


Síntomas

Con la ruptura de ligamento cruzado la rodilla se hincha mucho, duele y no puede ser extendida o flexionada completamente. Sin embargo estos síntomas dificultan con frecuencia el examen correcto de la rodilla por el médico. La descripción exacta del mecanismo del accidente es por ello muy importante. La punción de la rodilla, que esta llena de sangre, puede también dar indicios de una lesión del ligamento cruzado.

Si los síntomas agudos han ido disminuyendo puede permanecer una sensación de inestabilidad en la rodilla. Esta inestabilidad se expresa en un llamado "giving away" de la rodilla en movimientos determinados. Estos pueden ser movimientos diarios como bajar escaleras o estar limitados a actividades físicas extremas como en el deporte. Con el tiempo, la inestabilidad en la rodilla provoca daños de meniscos y cartílago provocando un desgaste anticipado de la articulación.

Para un diagnóstico exacto se realiza una serie de exámenes de los ligamentos, pero también de los meniscos y otras estructuras importantes de la articulación de la rodilla. Para una mejor apreciación de las lesiones en tejidos blandos de la rodilla (cartílago, meniscos, ligamentos) se puede utilizar da Resonancia Magnética.

Terapia inicial:

La buena noticia: ¡Después de una lesión del ligamento en la mayoría de los casos no hay que operar de forma inmediata!
Ante todo, la terapia inicial consiste en reducir el dolor e inflamación para restablecer la movilidad de la articulación. Se recetan medicamentos analgésicos y antiinflamatorios. El elevar la pierna y la terapia con hielo ayudan en este proceso. Con quiroterápia y drenaje linfático puede acelerarse el proceso de desinflamación. Después de este proceso de desinflamación se puede empezar con la fisioterapia para fortalecer la musculatura de la rodilla. Cuatro a 6 semanas después de la lesión la rodilla debe ser examinada una vez más para que junto con a su ortopedista pueda ser evaluada la estabilidad de la rodilla. Verificando así si es necesaria una cirugía.



Terapia quirúrgica

En caso de permanecer una inestabilidad subjetiva en la rodilla y en personas deportivamente activas se recomienda la reconstrucción quirúrgica del ligamento cruzado. La reconstrucción quirúrgica del ligamento cruzado se realiza siempre de manera artroscópica, es decir, de forma mínimamente invasiva. 



En este procedimiento es utilizado primordialmente un tendón del muslo (del músculo semitendinoso) para reemplazar el ligamento cruzado, raras veces se utiliza una parte del tendón de la rótula (tendón infrapatelar). En ambos casos, este tendón es colocado en canales del hueso previamente preparados en el fémur y la tibia. Con el pasar del tiempo el tendón se incrusta firmemente en el hueso.



 Tratamiento post quirúrgico clásico

Después de retirar el drenaje, se realiza el tratamiento fisioterapéutico de la rodilla. La articulación operada no debe ser flexionada más de 90 ° hasta por cuatro semanas. Se debe caminar con muletas.
Dependiendo de la carga física laboral de acuerdo a la profesión del paciente, el retorno en toda la regla puede suceder pocas semanas después. Aproximadamente a las dos semanas se puede comenzar con la fisioterapia, recuperando nuevamente la fuerza alrededor de la musculatura de la articulación de la rodilla. De acuerdo a la recuperación individual, se puede comenzar entre tres a cuatro meses después con un entrenamiento de jogging ligero. Después de  6 a 8 meses el paciente recupera la capacidad deportiva completa. La condición primordial es una musculatura bien entrenada y una sensación de movimiento intacta.





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